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Imprimir esta páginaEnviar este artículo por E-mail, a un AmigoHistorias de Gnomos Por Malen del Bosque

Vía https://www.laautenticadefensa.net - Edición del 10/abr/2005


 

 

Es bien sabido que a los GNOMOS, como seres de la Tierra y de la Naturaleza, nos gustan mucho los animales, y varios de ellos conviven con nosotros, regalándonos diariamente su entrega incondicional, sus travesuras, su ternura y su paz.

Ocurrió una vez que una de nuestras cachorras ¨desapareció misteriosamente¨ de casa. Ni queremos recordar la terrible experiencia: removimos tierra y cielo para hallarla, pero los días pasaban y nuestras esperanzas de encontrarla se desvanecían. Nosotras, las gnómidas, las que nos destacamos por el buen humor, teníamos el corazón inundado de tristeza. Los gnomos continuaban la búsqueda en silencio, pero sus hoscas expresiones denotaban que sus sentimientos no eran diferentes de los nuestros.

Mientras tanto, en el centro de la ciudad, una pareja ilusionada celebraba la incorporación de una nueva cachorra a su familia canina... lejos de imaginar que quien se las vendía la había obtenido de manera poco honesta.

Como todo dueño responsable, llevan el animalito a la veterinaria para comenzar con el plan sanitario correspondiente. Quiere el destino que el médico veterinario que los atiende sea el que los GNOMOS habíamos elegido, muchos años antes, para ocuparse de la salud de nuestros amigos de cuatro patas.

Se tomó un par de minutos nuestro doctor, dejó a un lado su eterna sonrisa por un instante, y dijo con voz grave: ¨Juan, Gaby: tengo que decirles algo... la perrita esta barbara... y se que la compraron de buena fe y que están felices de tenerla, pero hay una familia que llora por ella... no puedo obligarlos... pero es mi deber que lo sepan...¨.

No es necesario contarles que a los diez minutos, estos corazones nobles estaban tocando timbre en nuestra puerta para regresarnos la cachorra... y devolvernos la alegría...

Y a los once minutos, el teléfono... ahí estaba el veterinario... al ladito nuestro, como siempre, compartiendo la felicidad del reencuentro. Nos hizo un chiste, como siempre, y seguramente, como siempre sus ojitos brillaban.

Las gnómidas cocinamos la torta más rica del mundo y se la llevamos todavía calentita... hasta su debilidad por las cosas dulces nos habían hecho conocer los años... El GRACIAS emocionado de los gnomos ni siquiera lo aceptó... el doctor de la eterna sonrisa era de tener grande el corazón y le parecía que así debían ser las cosas... y sí, como si semejante gesto de grandeza ocurriera todos los días en este mundo indiferente...

Nuestro médico veterinario se llamó Eduardo Nestor Patrone. Se tuvo que ir una mañana, pero los gnomos sabemos muy bien que la gente querida no se va del todo, y tenemos el don de encontrarlos allí donde menos lo esperamos. Eso sí, nos dejó un regalo nuestro doctor sonrisa antes de irse: el mejor regalo que un amigo nos podría haber hecho: nos dejó no uno, sino dos amigos... Juan y Gaby.

Hasta la próxima historia!!!

malen@losgnomosdelbosque.com.ar

 


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