El anuncio que días pasados hicieron autoridades nacionales y municipales sobre el entorno de los terrenos ferroviarios y el Paseo Costanero, motivan, en primer término, el beneplácito de la comunidad. Nuestro Partido no es una fuerza política que se oponga al progreso, la revitalización de un área postergada y la puesta en valor de un área que por su historia y paisaje merecen la atención de toda la comunidad. Sin embargo, la vaguedad y superficialidad, así como la más plena ignorancia sobre los lineamientos de un proyecto que sólo conocemos por fragmentos publicitarios, nos obligan a compartir con toda la comunidad, y especialmente con nuestros gobernantes, una serie de inquietudes, nacidas de la experiencia de haber intentado durante décadas poner fin a una aspiración histórica, como la de resolver un anhelo de reconciliación de la ciudad con su origen ferroviario y la costa del Paraná de las Palmas:

1. La propiedad estatal del suelo. Durante años, las gestiones municipales que analizaron el tema, tuvieron como recaudo que no se pusiera en discusión la propiedad estatal del suelo. Sean del Estado Nacional o del Municipio, la propiedad de esas tierras deben seguir siendo de la comunidad, lo que no significa negar la participación de privados, pero bajo la forma de concesiones temporales, y nunca de la enajenación.

2. Tránsito pesado. Un gran problema que no puede ser resuelto con simples maquetas ni videos publicitarios es el de la disposición del tránsito pesado que atraviesa el sector: Tenaris-Siderca, Euroamérica, la Arenera Campana (Se llama así?) y el Muelle Fiscal, son factores que deben ser tenidos en cuenta de manera prioritaria.

3. La Playa de maniobras de NCA. Otro factor limitante de enorme importancia es la existencia dela Playa de Maniobras de Nuevo Central Argentino, la línea ferroviaria de transporte de cargas.

4. La conectividad con el resto de la ciudad. El avance que en la década del 20 del siglo pasado hizo la empresa del ferrocarril hacia la "nueva estación", alejó el casco urbano de la costa del Paraná. Sólo dos calles permiten conectar ambas zonas: Berutti y Colón. Ambas arterias deben soportar hasta el momento un intenso tránsito de cargas y fabril, que conviven con el acceso a una Escuela, un Club y el propio paseo costanero.

5. El patrimonio histórico. El entorno ferroviario y portuario dio origen a nuestra ciudad. Esos edificios no sólo son los más antiguos, sino también de los más significativos de los que componen nuestro patrimonio arquitectónico. La antigua estación, los talleres Ferroviarios, así como el propio Museo Ferroviario, son elementos que deben ser tenidos en cuenta en cualquier proyecto de urbanización. Sobran ejemplos de cómo la puesta en valor de edificios de valor patrimonial pueden conciliarse con la recuperación de un entorno semejante.

6. Estudios de estabilidad del suelo y erosión de la costa. El hecho de tratarse de un terreno aluvional, producto de la depositación de sedimientos del río y rellenos de todo tipo, obliga a la realización de todo tipo de estudios de suelo, así como de la dinámica del río en la propia Costa del Paraná, previendo el tablestacado de los sectores más comprometidos.

7. Infraestructura. La provisión de servicios elementales como Agua Potable, Energía eléctrica, cloacas, etc., no son factores de fácil concreción, tal como quedó demostrado en los estudios que nuestro municipio realizó, y cuyos antecedentes obran en poder de las autoridades nacionales que hoy impulsan esta nueva iniciativa.

8. Impacto ambiental. La presencia de actividades industriales de alto impacto ambiental en el entorno, así como del potencial impacto ambiental del propio emprendimiento, deben ser tenidos en cuenta de manera prioritaria.

En síntesis: El progreso de Campana no debe ser reducido a anuncios publicitarios sin fundamentos. Menos aún, debe esperarse que la comunidad de Campana y sus fuerzas vivas, esperen pasivamente que el proyecto se resuelva y decida en algún despacho de la Ciudad de Buenos Aires. Y que ni siquiera nuestras autoridades puedan responder las más mínimas dudas al respecto.

Esta es una buena oportunidad para poner en práctica la tan mentada apertura, el tan publicitado diálogo y abrir la posibilidad de que el destino de un área tan cara a la identidad de todos los campanenses sea objeto de un proyecto participativo, que recupere estudios previos, que preserve la propiedad comunitaria de esa zona y que proteja elementos tan caros a nuestra identidad histórica y paisajística.