

Charly Schneider: ”Hace rato que perdimos el orgullo de ser municipales”
19/mar/2010
Ni cerdo, ni pescado
Ser empleado municipal era tan honroso como ser empleado de la vieja empresa Dalmine en Campana. Los comerciantes abrían las puertas a cada uno de los empleados con una sonrisa en la cara y juntos, todos vecinos, fueron siendo parte importante del desarrollo de esta hermosa ciudad.
Las leyes dictadas a cambio de altos cargos políticos fueron disminuyendo los beneficios del trabajador municipal, derechos que bien supo incorporar el General Juan D. Perón para todos los trabajadores argentinos; reconociendo a este sector social “como columna vertebral del Movimiento”.
La ley 11.757, por la cual rige el orden municipal en la provincia de Buenos Aires, es un ejemplo claro de ello, armada solo para tener a los comunales atados de pies y manos, fue consensuada aún por aquellos que se dijeron Peronistas.
La búsqueda de la derogación de la ley, por parte de la Federación FESIMUBO, integrada por la mayoría absoluta de los distritos de la provincia, incluida nuestra ciudad, es una lucha larga, pero justa y loable en el tiempo. Porque al final lo que se busca es tener paritarias como la provincia de Santa Fe; igual de larga fue la lucha de otros gremios, como las de los maestros por ejemplo.
No podemos entender cómo, el trabajador municipal, pieza principal de la sociedad toda, presente en cada acción cotidiana; y vigente en cada rincón de este país (“en cada pueblo una iglesia, en cada iglesia un cura”), haya ido perdiendo su lugar privilegiado de servidor público para convertirse en mucho menos que un trabajador en negro.
Usado como puntero político, menospreciado como trabajador, ha decaído de tal forma que hoy hasta preferiría ser un compañero cooperativista, antes que seguir trabajando día a día. Es que las diferencias de las cifras de los sueldos son abismales.
Debemos hacer un estudio serio sobre el tema; darle una verdadera solución de raíz. Sabemos que dando el 100% de aumento salarial no soluciona el asunto, pero sí debemos consensuar una cifra que supere la línea de pobreza para volver a nivelar el punto de partida, ya que aunque los otros gremios hablen de un 19 ò 25 % de aumento, sabemos que no es lo mismo ese porcentaje en 4.000 que en 900 pesos.
A esto se le debe poner un valor agregado, rever los derechos del trabajador comunal, recategorizar adecuadamente, terminar con los contratos basura, incorporar los bonos al sueldo básico y principalmente tener en cuenta otros derechos que no se están cumplimentando; porque también tenemos en claro, como ellos suelen decir que ”dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”.
Por último, a modo de reflexión, me atrevo a decir que “hace rato que perdimos el orgullo de ser municipales”, pero esto no quiera decir que tenga vergüenza de serlo, muy por lo contrario, lo que no me enorgullece es que a pesar de haber acompañado voluntariamente al municipio en tiempo de crisis, prestando nuestro 3% de antigüedad por ejemplo, ahora tras haber pasado el tiempo y tras haber observado ciertas bonanzas en la argentina, con un país que fue creciendo a pasos agigantados, nunca fuimos tenidos en cuenta y ni siquiera, por lo menos se nos devolvió lo que nos pertenece.
Ahora, en otra supuesta crisis, la variable de ajuste vuelve a ser el trabajador municipal y las palabras que surgen del gobierno son siempre las mismas “es que no tenemos plata”.
También me atrevo a opinar y a preguntarme ¿Cuándo abra plata para los municipales? No es una cuestión de plata, es una cuestión política. Falta tomar la decisión política, es eso, no hay otra cosa; sí hubo plata para formar las cooperativas y con números reales para no “hacer de los cooperativistas otras víctimas como los municipales” (según nos dijo el Dr. Carlos Tomada), por qué antes no se contempló a los que vienen sosteniendo a todos los aparatos políticos de los últimos 30 años. Ellos también son vecinos, ellos también pagan tasas e impuestos, tienen hijos y los mandan a la escuela. Son personas, susceptibles de adquirir derechos y contraer obligaciones, pero además, por si a alguien le interesa también son los que llenan el gran listado del padrón electoral: pensar bien en el voto, entonces, deberá volver a ser nuestra decisión política familiar.
(Insultos y/o sugerencias al correo: charlyschneider@gmail.com)