Actividad Plástica en Campana
Desarrollo de la actividad plástica
Como en toda ciudad pujante y en constante transformación, Campana contó con pioneros en las artes plásticas que silenciosamente, plasmaron una tarea fértil y laboriosa; muchos de ellos ya forman parte del acervo cultural campanease.
Hay datos que hacia el año 1900, existían en Campana quienes plasmaban sus inquietudes en formas y colores, de manera silenciosa, sin pretender la trascendencia fuera del ámbito local.
En 1947, comienza quizá la verdadera epopeya plástica lugareña, concebida por inquietos jóvenes como Enrique Ahil, Elpidio Guasconi, Ezio Mollo, José Luis Lozzi, Horacio Sartor, Alberto Moritán y muchos otros que escapan a nuestra memoria, que compartían las enseñanzas primeras del maestro Raúl Russell en la Universidad Popular Argentina de Dibujo y Pintura (que funcionaba en la vieja Escuela Normal, fundada a fines de la década del 30, hoy ya desaparecida.
Russell fue una figura importante en el medio local, destacado plástico (sus composiciones gauchescas, quedaron en la antología de Campana, al igual que sus escenografías), fue uno de los primeros realizadores del festival de Cosquín, y se recuerdan sus pesebres navideños y la ornamentación de los carnavales de La Calle Real.
Mollo, Ahíl, Guasconi y Lozzi continuaron incrementando sus conocimientos a través de estudios superiores asumiendo la representación de la plástica en salones provinciales y nacionales.
La posta contunió con Fernando Nicolás, Hugo Boetti, Carlos Covello, Arnaldo Mana y Mariucha Pignaca (italiana residente en Campana y que regresó a su país).
Artistas plásticos campanenses premiados
En 1957 auspiciado por el Círculo Universitario y la Municipalidad de Campana se llevó a cabo un concurso de manchas, al que concurrieron artistas plásticos de reconocida trayectoria a nivel nacional (citamos como ejemplo al famosísimo Julio Le Parc) el primer premio lo obtuvo Enrique Ahil y obtuvieron menciones Elpidio Guasconi y Mariucha Pignaca.
En 1959 Ahil emigró a España y luego a Alemania, en la actualidad reside en Francia, siendo sus trabajos reconocidos en toda Europa.
En 1968 una nueva generación, la de Carlos Calvi, Marcos García, José Maistrello, Abel Blois, Susana Ballini, Teresa Bellotti, María de Marziani, Ana Dragone y Adelina Fontanella, comenzaron a participar en diversos salones de todo el país, con señalado éxito y algunos de ellos expusieron sus obras en el exterior.
Esta enumeración no es limitativa, quizá haya omisiones, pero tenemos la seguridad de que nombramos a los que han desarrollado una actividad continuada, y han merecido el reconocimiento de la crítica especializada.
Ellos han marcado un camino. La renovación constante irá sumando nuevos plásticos, y la senda creativa nunca se detendrá.